Debido a la oscilación de las temperaturas y de las precipitaciones anuales, cada vez es más complicado poner fecha exacta a la recolección de la aceituna. La tendencia actual se dirige a adelantar los trabajos de recogida, sobre todo en cultivos asentados en zonas de regadío o en entornos frescos en los que se alcanza mucho antes el rendimiento graso óptimo que garantiza el inicio de la cosecha. Por otro lado, como ocurre este año, el retraso en la llegada de las primeras heladas asociado a periodos de lluvias muy tardíos hace que la densidad foliar sea elevada hasta bien entrado el invierno, ralentizándose el proceso de renovación de hojas viejas.

Estos factores, hacen que técnicamente sea muy recomendable retrasar el conocido como tratamiento otoñal al momento posterior de la recogida de la oliva. En el caso de haber realizado este tratamiento de cobre previamente por motivos técnicos o porque se haya querido aplicar potasa (septiembre-octubre) es muy aconsejable realizar un segundo tratamiento post-cosecha. Con esta labor, además de proteger contra enfermedades como el temido repilo, se conseguirá un mayor fortalecimiento del cultivo y se reducirá el periodo de estrés ocasionado por los golpes, desgarros, rasgados o cambios fisiológicos que puedan ocasionar los trabajos de recolección. Hay que recalcar, que este tipo de tratamientos son compatibles con la agricultura ecológica y el acierto en el momento de su ejecución resulta determinante para la producción del año siguiente.

En este caso, se recomienda SeaMel Barricade, oxicloruro de cobre al 18,2 % totalmente micronizado y de muy alta dispersión en agua. Trabajando de una manera óptima a dosis muy bajas y con ningún riesgo de toxicidad (máximos de 500 mL/ha) resulta adecuado para realizar una aplicación después de la cosecha y así asegurar la nutrición (elemento que no se transporta fácilmente desde las raíces), la producción de la campaña del año siguiente y la sanidad vegetal de los olivos durante la parada invernal, ya que se demuestra un claro incremento en el metabolismo de las proteínas y en la participación fotosintética.

Gracias a estas características de baja dosis y baja concentración de cobre, asociado a su formulación en forma de oxicloruro, es posible reducir la fitotoxicidad generada por productos anteriormente utilizados (sulfatos, principalmente): aportes de más de 1 L/ha y en concentraciones del 40 al 70% de cobre producían un alto contenido de residuos en el árbol y en el suelo que impedían el correcto desarrollo del árbol y de su entorno microbiano. Todo esto se refleja a la larga en una merma en la producción olivera, así como una mayor susceptibilidad a la propagación de enfermedades fúngicas en el árbol, reduciendo el potencial productivo de la plantación.

Si es posible hacerlo mejor con menos, Agropal y Olmix Group dan la solución más óptima al agricultor.

JOSE ANGEL MACHO BARRAGUES                                             

Regional Manager Olmix Ibérica 

GUILLERMO CATALAN SALAS

Técnico Comercial AGROPAL, S.L

A la derecha lignificación de las paredes celulares tras la aplicación de SeaMelBarricade, frente a un tejido no bien lignificado.